Theranos, ética y mercados; FTX y LedgerX spot y derivados sobre criptoactivos
Bienvenidos a Trading & Blockchain, un blog donde escribimos sobre las historias de cómo los mercados de capitales evolucionan y se transforman en esta era digital
Esta semana escribimos sobre el inicio del juicio de Theranos en los Estados Unidos, lo que significa para startups e inversores y también para el mercado de capitales, y la noticia sobre la adquisición por FTX de LedgerX y lo que significa para el mercado spot y de derivados sobre criptoactivos. Si tiene preguntas o comentarios, responda a este correo electrónico o búsqueme en Twitter. Si te gusta este newsletter suscríbete a continuación y compártelo con amigos y colegas.
Theranos, ética y mercado de valores
Esta semana se inició el juicio contra Elizabeth Holmes, la fundadora de la startup de análisis de sangre Theranos, a quien acusan de fraude. El caso es muy interesante para quienes estamos en el mundo de las startups porque resulta en una parábola de la cultura de Silicon Valley de “fake it till you make it”, que impulsado a las startups hacia riquezas y poder económico. Ha sido tema de un libro, un documental de HBO y una próxima serie de televisión y una película. Theranos era una startup que saltó a la fama al promocionar una tecnología para tomar y analizar muestras de sangre con muestras muy pequeñas. Elizabeth fundó la empresa en 2013 con 19 años de edad, abandonando sus estudios en Standford, y rápidamente fue destacada en el mundo corporativo y de los fondos de capital de riesgo por su innovación, levantando hasta us$700 millones y logrando una valoración de hasta us$10 billones entre 2013 y 2014. El problema, y el escándalo, se generó cuando The Wall Street Journalcuestionó la veracidad de la tecnología de Theranos. La compañía cayó en quiebra (2018) y la señorita Holmes, junto con el COO de la compañía, fueron acusados penalmente con 12 cargos de fraude y conspiración para cometer fraude electrónico por afirmaciones falsas que hizo sobre los análisis de sangre y el negocio de Theranos.
Lo interesante del caso, es que en el mundo de vender (una compañía, un producto), hay siempre un contexto social en el que el comprador sabe que el vendedor exagera, sin que eso sea fraude, y trazar la línea no resulta en un caso concreto. Obviamente, hay afirmaciones que son mentira y por lo mismo pueden (y deberían), dar lugar a reclamaciones judiciales. Pero en la práctica, diferenciar lo uno de lo otro no es un tema sencillo, sobre todo en temas como la biología, las ciencias naturales o la tecnología que resulta novedosa. Elizabeth Holmes tenía 19 años, y no tenía una base en ciencias naturales que le permitiera cuestionar a su propio equipo sobre los resultados o los avances en el desarrollo de la tecnología ofrecida.
El caso de Theranos deja importantes lecciones para inversores y founders. De nuestro lado, la responsabilidad con la transparencia de la información. Uno de nuestros pilares estratégicos es generar confianza en autoridades, inversionistas, clientes y miembros del equipo. En la práctica, esto ha significado acoger dos prácticas: (1) mostrar la evidencia y suposiciones de nuestros modelos, la evidencia consiste en las experiencias, los datos primarios recopilados a través de experimentos, tracción ganada y datos de terceros. Eso hay que separarlo de los supuestos y proyecciones, que son cosas que aún no sabemos pero que creemos o esperamos que sean ciertas; (2) formar un buen equipo, rodearnos de un equipo (funcionarios, asesores) que tenga la profesionalidad y la ética para influir en nuestra moralidad. Creo que estas prácticas son un gran consejo para quienes empiezan y deben convencer con una visión, a inversores y funcionarios. No hay nada mejor que la consciencia de hacer lo correcto.
Y esto mismo aplica al mercado de capitales. En la película Margin Call, hay una escena casi al final que siempre me ha llamado la atención. Y es cuando el personaje de Kevin Spencer (un jefe de mesa de distribución), tiene que liquidar un portafolio de mortgage bonds de us$200 billones en una mañana, con un descuento gigantesco, a sabiendas de que es basura. La película es ficción, pero está basada en los hechos que dieron lugar a la crisis financiera de 2008. Eso seguramente sería considerado como “fraude” por las autoridades de valores, pero aún así en casos similares en los que los traders “traman” en sus ventas a sus contrapartes, hay precedentes de cierta “tolerancia” a ese engaño en las operaciones en las que hay intereses contrapuestos entre entidades profesionales. Como lo señalamos, hay una línea delgada en este tema por lo que es difícil de concluir de manera absoluta.
Hay consenso en que resulta ilegal que cualquier persona haga una declaración falsa de un hecho material en relación con la compra o venta de cualquier valor. El problema es que muchas de las decisiones financieras están basadas no en un análisis racional de la información, sino, al ser realizadas por humanos, en las emociones. Y en las inversiones en startups, los inversores quieren ver a un founder visionario que vea el mundo no como es sino como podría ser. ¿Recuerdan a Steve Jobs? (por lo demás, a Elizabeth Holmes la compararon con Steve Jobs en su momento). Obviamente, los inversionistas querrán que esa visión se haga realidad, y esa es la apuesta, pero eso sucede en el futuro, no en el pasado. Como en tantas cosas, el diablo está en los detalles. Seguramente hacer una afirmación material sobre un hecho pasado, es fraude. Pero ¿sobre el futuro?
Si hay dudas sobre esto, basta mirar las grandes apuestas que se han realizado en el mundo de la tecnología a lo largo del tiempo. ¿Recuerdan a WeWork? ¿Softbank? En el fondo, los founders buscan la fama de Prometeo en la mitología griega, que tomó de los dioses el fuego y se lo dio a la humanidad, y no como el famoso Ícaro que por vanidad y ambición se desafió al Sol y por esa ofensa fue castigado por Zeús y los dioses. En el juicio terrenal a Theranos, lo que tendrá que dilucidar el jurado será si fue un fracaso corporativo o un fraude masivo. Esperemos la decisión judicial que debería producirse en 4 o 5 meses. Sin duda es una gran historia con moraleja para founders e inversores; pero también debería ser concluyente para los casos de conflictos de interés en las operaciones del mercado de valores, y, seguramente, en lo que suceda con los robo-advisors en las operaciones que realicen con sus clientes y contrapartes.
FTX, LedgerX y derivados sobre criptoactivos
La noticia de la semana en el mercado cripto fue el anuncio de la adquisición que realizara el exchange FTX.US de la firma de derivados sobre cripto activos LedgerX, lo cual abriría la posibilidad para que FTX ofrezca futuros, swaps, opciones de compra y venta de criptomonedas a los traders de los Estados Unidos. Sobre FTX ya habíamos escrito en el pasado (aquí), donde habíamos dicho que había cerrado una Serie B de us$900M a una valoración de us$18 billones, lo que le daba la liquidez para realizar adquisiciones. LedgerX, quien inicialmente tuvo controversias con la U.S. Commodity Futures Trading Commission (CFTC), ahora es una entidad regulada por ese supervisor como Designated Contract Market (DCM), Swap Execution Facility (SEF), y Derivatives Clearing Organization (DCO).
Lo interesante del anuncio está en la oferta de mercado spot y derivados que podrá realizar a FTX a sus segmentos institucional, y retail. Los volúmenes de operaciones de futuros y opciones de criptomonedas (bitcoin y ether) han sido de alrededor de us$23 trillones este año hasta la fecha en comparación con los volúmenes de operaciones del mercado spot de cerca de us$13 trillones, según The Block Research.
La adquisición de FTX.US es muy interesante para el mercado de criptoactivos por que, inicialmente permitirá que LedgerX continúe ofreciendo sus servicios a los clientes existentes bajo su propia marca, pero con el tiempo, seguramente FTX.US fusionará las dos marcas bajo el paraguas de FTX.US y ofrecerá nuevos productos.
FTX fue lanzado en mayo de 2019 y rápidamente se posicionó primero fuera de los Estados Unidos ofreciendo futuros perpetuos y activos tokenizados a traders internacionales. Popularizó los productos tokenizados de activos como acciones previas a una oferta pública, materias primas como el petróleo e incluso futuros sobre elecciones políticas. En 2020 entró oficialmente a los Estados Unidos con el lanzamiento de FTX.US, compitiendo con empresas como Coinbase, Kraken, y Gemini.
FTX ha realizado una fuerte campaña de marketing para posicionarse como uno de los exchanges más grandes de los Estados Unidos con volúmenes diarios que alcanzan los us$2 billones a agosto de 2021 (más o menos la mitad de Coinbase). Con la adquisición de LedgerX, agrega un mercado completamente nuevo en los Estados Unidos. La codiciada licencia para ofrecer derivados sobre criptoactivos en los Estados Unidos le da a FTX una solución eficaz para el lento y costoso proceso regulatorio que se necesitaría para obtener una licencia propia. Lo valioso es que ni Coinbase, Kraken, o Gemini tienen una licencia para comerciar derivados sobre criptoactivos en los Estados Unidos. Y CME, la mayor infraestructura de Estados Unidos y líder en el mercado de derivados sobre criptoactivos, no ofrece operaciones en el mercado spot, por lo que FTX será el primero (y por ahora el único) en atender los clientes en ambos mercados. Esa es la clave de la operación.