Louis Vuitton en blockchain, Libra digital, fintech y posición propia en Reino Unido, y más
Bienvenidos a Trading & Blockchain, un blog donde conectamos a la comunidad de inversionistas con las historias de cómo los mercados de capitales evolucionan y se transforman en esta era digital
Los planes del Reino Unido para impulsar el sector fintech incluyen el desarrollo eventual de una Libra digital, una larga discusión sobre banca comercial y banca de inversión, las marcas de lujo usando ahora blockchain, ¿cerrarán el Ring de la LME?, entre otras. Veamos:
Reino Unido: Fintech y CBDC
Las monedas digitales emitidas por bancos centrales (central bank digital currency, CBDC) continúan marcando la tendencia global en los temas de criptoactivos. El anuncio de China de dar vía libre a la segunda fase de su Yuan Digital, los anuncios de varios países europeos en ese sentido y los estudios organizados por la FED en los Estados Unidos para avanzar en una propuesta sobre el Dólar Digital, tienen ahora un nuevo elemento con la decisión del Banco de Inglaterra (BoE) y del Gobierno de anunciar la creación de un grupo de trabajo sobre una CBDC para el Reino Unido (UK), que revisará sus beneficios, riesgos y aspectos prácticos. El BoE estaría pensando en una CBDC para uso de hogares y empresas, complementando la oferta monetaria con el efectivo y los depósitos bancarios.
La medida anunciada por el BoE estuvo apoyada por el Gobierno (HM Treasury), quien la anunció dentro de un plan ambicioso para impulsar al sector fintech en el Reino Unido, la cual incluye una nueva FCA Scale Box y un Centre for Finance, Innovation and Technology, de los cuales habíamos escrito hace poco cuando anunciamos la conclusión del Khalifa Review. Estas medidas tienen como propósito mantener el liderazgo en los servicios financieros y de tecnología financiera tras el Brexit, para lo cual el Gobierno anunció planes adicionales para la reforma de los mercados de capital para mejorar el centro financiero Londinense y la ventaja competitiva del Reino Unido en fintech.
La importancia de esto es que, como lo habíamos señalado, China tendrá un Yuan digital este año, la Unión Europea es muy posible que lo haga en 2022, y los Estados Unidos será forzado a hacerlo en 2023. Por esto, si el Reino Unido quiere mantener la relevancia de su Libra Esterlina, deberá hacerlo antes de que las anteriores CBDC salgan al mercado y ganen preferencia de consumidores, de uso en el tráfico mercantil y en los mercados financieros globales. Un escenario así sería un golpe adicional a los mercados financieros que tanto han sido impactados en el Reino Unido tras el Brexit. Por eso el llamado del canciller Rishi Sunak, de que necesitabas “ir más allá” para mantenerse a la vanguardia de la innovación financiera.
En cualquier caso, son varios los temas a resolver, como el funcionamiento de las normas sobre conocimiento del cliente, las restricciones para que la CBDC no sea usada para lavado de activos o financiación del terrorismo, y, sobre todo, el impacto que tendría en los bancos pues estos podrían perder los depósitos que apalancan su actividad. Por ello, advierten, la decisión no está tomada ni el cronograma comprometido.
La visión del Gobierno del Reino Unido es un sector de servicios financieros más abierto, más ecológico y tecnológicamente más avanzado. Ya son conocidos por estar a la vanguardia de la innovación, pero quieren ir más allá. Y esos pasos adicionales estarían no solo por el lado de una Libra digital (CBDC), sino también por la aplicación de la tecnología blockchain a los mercados financieros, el impulso al crecimiento de las fintechs, y la ampliación de los límites de las finanzas digitales.
Para lograrlo, el Gobierno propone lo siguiente: (a) A través de la Financial Conduct Authority (FCA), crear un scale box que permitiría una supervisión y regulación escalonada para probar nuevos modelos de negocio para fintechs en etapa de crecimiento, así como lanzar la segunda fase de su sandbox para permitir que las empresas prueben conceptos que abordan la sostenibilidad y los desafíos relacionados con el cambio climático; (b) Un nuevo sandbox DLT, entregado por el HM Treasury, en colaboración con el BoE y la FCA, para explorar cómo utilizar la tecnología blockchain para mejorar la infraestructura del mercado financiero, en línea con los planes similares de la Unión Europea (EU) de un sandbox específico para DLT; (c) La creación del Centre for Finance, Innovation and Technology (CFIT) liderado por la industria para identificar y abordar los desafíos del sector fintech en todo el Reino Unido; (d) Un conjunto de medidas para reformar el mercado de capitales del Reino Unido y que faciliten las reglas de cotización para las empresas innovadoras, en línea con instituciones como las SPAC que han dinamizado el mercado de los Estados Unidos, pero también con la flexibilidad necesaria para permitir cambios en su régimen de prospectos para garantizar que las reglas no sean demasiado onerosas.
De esta forma, el Reino Unido alista su marco regulatorio para mantener la preponderancia con centro financiero global de fintech. Veremos los resultados en unos meses cuando las iniciativas se concreten en modificaciones regulatorias. Son ingleses, y creo que tienen muy claro que el dinero es el ecosistema que les otorga poder en la economía global. Por eso, creo que van a tener su CBDC primero que la Unión Europea, y que los Estados Unidos, lo que tendrá impacto en la geoeconomía global.
Banca comercial vs banca de inversión
Una vieja discusión de los reguladores financieros ha girado en tono a la separación de los depósitos del público de los negocios de la banca de inversión. Esta discusión tiene un siglo. Como consecuencia de las medidas que siguieron a la crisis financiera de 1929, el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, sancionó la Glass-Steagall Act (GSA) en 1933, separando la banca comercial de la banca de inversión. La GSA creo una separación entre las dos secciones de negocios de los bancos de tal manera que los bancos de inversión no podían captar recursos del público mediante depósitos, mientras que los bancos comerciales no podían usar los depósitos del público para negociar valores, diferentes de los emitidos por el Gobierno, con sus clientes. Adicionalmente, entre ambos tipos de entidades no podía haber vinculación (matrices o filiales). Este tema, como es de suponerse, generó debates a lo largo de todo el siglo y en diferentes jurisdicciones. Lo cierto es que, más adelante, dentro del paquete de desregulación financiera que se generó a finales del siglo pasado, el presidente Bill Clinton sancionó la Gramm-Leach–Bliley Act (GLBA) de 1999 que derogó las prohibiciones sobre vinculación entre la banca comercial y la banca de inversión.
Con ocasión de las medidas que siguieron a la crisis financiera de 2008, todos los bancos de inversión grandes de los Estados Unidos terminaron fusionándose con bancos comerciales. Pero esto generó enormes debates, al punto que el presidente Barack Obama sancionó la Dodd-Frank Act (DFA) en 2010, incluyendo en ella la que se llamó Volcker Rule, que restringe el monto de operaciones que los bancos que toman depósitos del público pueden realizar en operaciones por cuenta propia (proprietary trading) con valores, de forma similar a la prohibición de la GSA. En las operaciones por cuenta propia los bancos realizan operaciones en el mercado de capitales (compras de valores, derivados, divisas, etc) de modo directo, por oposición a las operaciones por cuenta de terceros en las que los bancos operan por cuenta o en nombre de sus clientes, o de las operaciones de creación de mercado, en las que simplemente dan liquidez comprando o vendiendo valores a sus clientes.
Muchos académicos han señalado que la GSA creó un sentido de responsabilidad entre los inversionistas dentro de la industria financiera, alentándolos a evitar transacciones de alto riesgo que podrían conducir a un colapso financiero y afectando así los depósitos del público. Por eso mismo, algunos académicos señalan que una causa de la crisis financiera de 2008 la GLBA que trajo de vuelta a la banca de inversión sobre los depósitos del público. Este debate ha ido y ha venido. Al lado de la Volcker Rule, varias jurisdicciones han planteado restricciones “limitadas” (ring-fencing banking) o “estrechas” (narrow banking) a las operaciones bancarias comerciales.
Este debate está lejos de concluir: ¿debería separarse la banca comercial o retail de la banca de inversión? En el mundo académico son prolíficos los argumentos en uno y otro sentido. La regulación financiera mantiene una tendencia hacia la no restricción. En cualquier caso, esto tiene un impacto importante en las estructuras de financiación de los grupos financieros, y en la estructura de balance de los bancos comerciales, pues los estimula a tener una concentración en cartera comercial e hipotecaria por contraposición a balances enfocados en títulos emitidos en los mercados de capitales, con importantes efectos en la competencia y la asunción de riesgos para todo el sistema de pagos. No es tema menor.
Las restricciones han entrado en vigencia, y muchas de las restricciones que establecían las normas aprobadas con ocasión de la crisis financiera, han sido eliminadas o recortadas. Es natural, que no nos extrañe. Pues bien, esta semana el debate resurgió en el Reino Unido cuando el Ministerio de Finanzas (HM Treasury) señaló que, para dar un impulso a la banca como consecuencia de los golpes sufridos por el Brexit y el Covid-19, revisará las reglas bancarias establecidas en la Financial Services (Banking Reform) Act (FSBRA) de 2013 que estableció el ring-fencing en el Reino Unido. Para tal efecto, el Gobierno lanzó una revisión independiente del capital bancario y las reglas de operaciones por cuenta propia. Una noticia que mereció críticas en el editorial del mismísimo Financial Times. El diario londinense señala que, desde principios de 2019, el Reino Unido exige que HSBC, Barclays y otros bancos “cerquen” sus operaciones de depósitos para protegerlos de cualquier pérdida en las operaciones de banca de inversión más riesgosas, después de que los contribuyentes tuvieran que rescatar a los prestamistas durante la crisis financiera.
Otra forma de mirar el problema, sin duda más polémica, es donde prefieres tener la próxima crisis financiera. Si la banca puede usar su balance para comprar valores del mercado de capitales, es previsible que gran parte de la especulación financiera se enfoque en ese segmento de la economía. Por el contrario, si la banca no puede usar los depósitos para apalancar sus operaciones de posición propia en el mercado de capitales, van a llevar su apetito de riesgo y especulación al mercado comercial y de hipotecas. ¿Dónde prefieres ver la próxima crisis financiera?
Louis Vuitton, Cartier, Prada ahora en blockchain
Las marcas de lujo Louis Vuitton, Cartier y Prada anunciaron la integración de un consorcio para utilizar blockchain para hacer frente a los productos falsificados. LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) es el mayor grupo empresarial del lujo con 76 marcas de renombre en todo el mundo, incluyendo Louis Vuitton, con sede en Francia y presidido por Bernard Arnault, una de las personas más ricas del mundo de acuerdo con el índice de multimillonarios de Bloomberg. Cartier es una fábrica también francesa de relojes y joyas, fundada en 1847 por Louis-François Cartier, perteneciente al grupo suizo de bienes de lujo Richemont. Prada, por su parte, es una firma italiana de moda fundada en 1913 por Mario Prada, especializada en carteras de cuero, complementos de viaje, calzado, prêt-à-porter, perfumes y otros complementos, que además la película “The Devil Wears Prada” (“El diablo viste de Prada”) en 2006 y protagonizada por Meryl Streep y Anne Hathaway.
Pues bien, LVMH, Richemont y Prada Group conformaron una red privada desarrollada en asociación con ConsenSys y denominada el “Aura Blockchain Consortium” que les permitirá ofrecer a sus clientes un sello de autenticidad basado en blockchain, el cual además “mejorará la experiencia del cliente de lujo”. El concepto detrás de esta “sencilla solución blockchain” es abordar problemas comunes en la industria del lujo, en particular la falsificación. El Consorcio Aura Blockchain hace posible que los consumidores accedan al historial del producto y a la prueba de autenticidad de los artículos que están adquiriendo, desde el abastecimiento, las ventas, y los mercados secundarios o de segunda mano (que los hay), con una simple fotografía. Las firmas le dijeron a Bloomberg que, aunque la tecnología blockchain se está utilizando para demostrar la autenticidad de los productos de lujo, las marcas aún no tienen planes de aceptar criptomonedas como forma de pago.
CoinDesk reportó que según las últimas estadísticas publicadas por la consultora Bain & Company, el mercado del lujo sigue siendo lucrativo con ventas en línea que alcanzaron los us$58,9 billones en 2020, frente a los us$39,7 billones de 2019.
¿LME cerrará su famoso “anillo”?
En esta semana estamos muy británicos. Una más, sobre el London Metal Exchange (LME). Hay instituciones que son históricas o simbólicas, a pesar de que carecen de sentido con los avances de la tecnología. En el imaginario popular, expresado en las películas de Hollywood, las bolsas de valores son lugares donde muchas personas están gritando con varios teléfonos en los brazos y muchos papeles con ofertas de compra y venta de valores. Era el corro, el pit, o el open-outcry trading floor. Recuerdo con nostalgia el día que visité el corro de la Bolsa de Bogotá, en una visita como estudiante. Son expresión de un pasado, donde la negociación de valores se hacía a “viva voz”. Muchas de las infraestructuras, si no todas, los han cerrado dándole paso a las pantallas y los mercados electrónicos (electronic markets). Bueno, no todas, uno de ellos permanece activo en Londres, aunque cerrado por el Covid-19.
Se trata del Ring de la LME, filial de la Hong Kong Exchanges and Clearing. En enero, la LME propuso cerrar permanentemente el icónico anillo de negociación, que iniciaba operaciones a las 11:40 y cerraba a las 17:00, muy puntual, y pasar a una estructura de precios electrónica. En el Ring, los traders compran y venden metales en un mismo lugar físico, gritando y con complejas y emblemáticas señales de mano, todo lo cual en un escenario de pandemia no tiene sentido. Es uno de los pocos sistemas a viva voz que quedan en el mundo, pero, en este caso, es el símbolo de los 144 años de historia de la LME, por lo que su cierre no puede ser tomado a ligera. Y es que fueron muchas las protestas alrededor del mundo pidiendo que el Ring no se cerrara. Esta semana la junta de la LME debía decidir sobre su cierre, pero el lobby de los traders y de los nostálgicos no dejó que se aprobara la medida, por lo menos por ahora.
Mas:
La Superliga. Una gran batalla en el campo del deporte se anunció esta semana. Nada mas y nada menos que Florentino Perez anunció la creación de una “super liga de futbol” fuera del control de la todopoderosa FIFA, en la cual participarían 12 equipos de fútbol europeos de élite (seis clubes de la Premier League inglesa y seis más de España e Italia), con el objetivo de llegar a 15 permanentes y 5 invitados en una estructura cerrada y disidente de la FIFA. ¿El motivo? Dinero. Los equipos de la Superliga recibirían más o menos us$400 millones cada uno solo por participar, una suma más de 4 veces de lo que ganarían al ganar la principal competencia europea actual, la prestigiosa Champions League. Sin embargo, al final de la semana, el entusiasmo se había disipado por los anuncios de represalias de la FIFA, las quejas de los hinchas, y las críticas del primer ministro británico, Boris Johnson, y del presidente francés, Emmanuel Macron.